
Andrea Prestía
Nacida el 16 de abril de 1976 en Buenos Aires. Lic. en Comunicación Social (UBA) y Docente de Inglés (Cambridge). Se dedicó a tareas comunitarias para población en riesgo.
Entre sus hobbies, se encuentran la pasión por el Teatro. Interpretó “El zoo de cristal” (2009, CC Piana) y protagonizó “De Profesión Maternal” (2013-2015, de gira por distintos centros culturales porteños).
Se inició en la Dramaturgia en el CC Carlos Gardel, su ópera prima "Divorcio de Terciopelo" (aún inédita). Además, escribe desde adolescente habiendo publicado antologías de poesía cooperativas para Ed. Nuevo Ser y De los Cuatro Vientos.
En 2014, publicó con Ed. Beter una antología cooperativa “Autopísticas”.
Frecuenta “Poesía bajo la Autopista” en CC LA IMAGINERIA y actualmente se dedica de lleno a la docencia y el teatro.
Dueles
DUELES
Andrea Prestía
“... y los lápices seguimos escribiendo...”
Exhalas melancolía
sabor a tango
curda loca
mitigas
tantas deudas que los argentinos
recién ayer,
nos atrevíamos a saldar…
Porque ... la otra
la de los genocidas
desapareció,
amenaza con volver.
Y el Águila
no es un ave más.
Dueles...
Me atrevo
con aire de otros aires
pedacito de Cielo
a sentir tu dolor.
Sabes a múltiples pobrezas
vestida a veces de
protesta
violencia
inflación
hambre
Y una DIGNIDAD tan celeste y blanco
que burla al establishment y las goriladas
aprovechando LA PLAZA, todavía los asusta...
Ávida de misterios truncos y
partidaria de utopías varias
sigo apostando por Vos.
Porque...
Ni mi querida Alemania,
ni la París de Cortázar,
ni la Praga de Kundera,
anestesian el dolor
de ser y no ser
de estar lejos y volver...
A mi Patria empapelada
de mitos, verdades silenciadas y esperanzas colectivas
cuyo Grito Sagrado aún nos exhorta de pie...
Plegaria para un sol.
“Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses,
pero la verdad es que trabaja como un desafío candente,
sobre las conciencias de los hombres”.
Eduardo Galeano.
La tierra habla por sí misma.
Miles y miles de inocentes
lloran hoy, entre las ruinas
de una cultura sagrada.
Presos de un silencio impuesto
apenas articulan palabras
de un lenguaje civilizado...
El Sol, extraña sus cultos.
La Luna, llora sus ritos.
Ahora adoran a un Dios crucificado;
El mismo que se apiada de tanto dolor
y tanta muerte en vano.
Dos caras de una misma moneda:
la cruz y la espada
vistieron con sangre el suelo americano.
Muertos de hambre hoy,
dieron de comer a tantos salvajes alfabetizados.
Y así, como a Cristo le escupieron en su cara,
lo abofetearon y rasgaron sus vestiduras...
Así, mutilaron a un continente,
estableciendo fronteras y
dividiendo en dos al mundo
que nos acobijaba bajo el mismo Cielo.
Cómplices del etnocidio,
continuamos saqueando tesoros milenarios.
Con la esperanza puesta en el mañana,
buscamos resucitar las raíces de muchas generaciones pasadas.
Y, América Latina muda,
clama a gritos un milagro...