La Dialéctica de la Poesía
Viví en Honduras en la época en qué triunfaba la revolución en Nicaragua. Recuerdo cantar el himno del FSLN escondido en un sótano a mis escasos 10 años. Ahí empezó mi espíritu libertario y un gran amor por todo aquello que tuviera que ver con la lucha de clases. Honduras se convirtió en plataforma MILITAR para combatir la revolución que corría como pólvora en Centro América.
Así pude presenciar de cerca todo lo que ocurría en Nicaragua y el Salvador y en menor escala en Guatemala. Eran tiempos donde la clandestinidad era el único camino que tenían quienes no aceptaban la política represora del estado. A la par la poesía fue día a día un artefacto que me llevo a militar y delinear mi posición ideológica en todos aquellos sucesos en que fui creciendo.
Al regresar a México no encontré una poesía comprometida con las causas sociales que aquejaban al país. Me encontré con una poesía que dejaba de ser un artefacto de lucha para convertirse en cuna de egos. Es por eso que al leer 13 agujas de hijar el deseo de volver a los sótanos golpeo mis sentidos.
una temblorosa mano blande la copa de vino
como si fuera un sable flamígero
lo lanza, lo escupe, lo derrama sobre el cuerpo
[ de un asesino
Los versos que leo en esta antología son incendiarios como dirían los oligarcas institucionales. Y es porque emergen de las sabias subterráneas de una dialéctica contestataria cuya ideología cercena lo establecido. Y es que en el México de hoy la poesía es un mercado de bisuterías y no una trinchera donde confluyen las ideas. En el poema Reporte Nacional de Sergio Fong encontramos el recuento de haber dormitado cuando más necesitábamos estar despiertos. Pues nos dejamos llevar por la estética del neoliberalismo olvidando el conflicto de ideas al que nos ha llamado la poesía.
Divertimos a los titiriteros que tanto odiamos
Nos atamos al presupuesto para seguir de locos
Destrampados del alma con la soga al cuello
Y seguramente así nos iremos
Desclasados y sin estilo
Zero style
Arrastramos los dentros, por eso estoy chillo
Muchos compas ya se fueron
[ a encender el otro varrio
Y los quedados ya no nos prendemos a la primera.
Este libro no es una retórica de un tiempo que se fue. Al contrario, huye de la melancolía contemplativa y se aferra a la intrínseca realidad de que el poeta no es letra muerta si no verso incandescente. Por eso pone cada cosa en su lugar confrontando y sacudiendo a nuestro ser pensante.
fuimos muchos
muchísimos
que creyéndonos Susurro
nos volvimos iracundos
pero hubo voces
que pese a encierros y mordazas
lanzaban su luz .....
La poesía que no nos confronta con nuestras tibiezas y debilidades son letras opacas sobre el lienzo oscuro de la noche indomable. Pese a todo y a nosotros mismos hay estrellas refulgentes. Que vierten su luz en medio del atroz pantano. Como diría el poeta Nicaragüense un diamante jamás pierde su valor por Mas que se hunda en el fango.
la mano temblorosa de Alberto hijar
desperdicia el contenido de una copa de vino
sobre el asesino del che guevara
quizá ni eso se merezca ese embajador
una mano temblorosa ese día no saboreó
el vino, se dio el gusto de humillar al asesino
del mártir en el paraje de la higuera;
Cisnenegro es afín a su filosofía de alto riesgo pues este libro más que una lectura común y sinsabor son agujas punzantes, puntiagudos punta pies a la razón adormilada.
Somos una estadística de dolor y engaño
un terruño donde los desvergonzados
tienen no la última palabra
sino el tiro de gracia
el levantón la venganza
y nosotros el miedo.
El valor literario de este libro no está en Alberto hijar como personaje sino más bien en los versos que se prensan como perros cansados de eufemismo. Cansado de lo políticamente correcto. Alberto es el fusil, la poesía la bala en la frente del asesino, del carroñero, del corrupto y sátrapa embustero.
Lo que nos queda es la palabra
La palabra que denuncia la palabra que reclama
que expresa dolor indignación
Lo que nos queda es la libertad para
ejercer la voz en las calles en los parques en las universidades
en las carreteras en los recintos oficiales
que son del pueblo Lo que nos queda es andar las
calles escribir en los diarios;
La convicción de lo que somos debe ser el reflejo hacia donde nos movemos. La poesía se vuelve dialéctica cuándo posee un ideal y lo persigue.
Clandestino. Miembro de un buró político-militar.
Desaparecido y torturado. Un cargo: conspiración.
¿Para qué sirve la filosofía? Es difícil ser marxista.
Sí. Fuerzas de Liberación Nacional. Ejército Zapatista
de Liberación Nacional. Porque alguna vez alguien
podrá decir qué fue Solentiname. Y podrá comunicar
que Ernesto Cardenal y Alberto Híjar trabajaron
juntos en una revolución. Y de aquello, al menos,
entre marxistas vale una mención. �
Una copa de vino arrojada en la jeta
[ del cómplice del asesinato
del Che Guevara: Gary Prado. “A la salud del Che,
asesino”. La poesía nunca sobra en la vida de gente
común y corriente. Un diablito es el logotipo
[ (qué palabra)
del Taller de Arte e Ideología. Si me preguntan por Híjar
más o menos daría estas señas.
13 agujas de hijar nos recuerda lo que hemos perdido y nos sitúa en un diálogo urgente sobre lo que debemos construir.
La memoria es un aseo de la historia,
una lengua que busca en escombros y reticencias
de un anticuario, para
hilar otras respuestas.
Debo decir sin miramientos que en este libro encuentro variedad de voces. Desde aquellas que se encumbran con voz propia hasta aquella que se arriesga combativa. balance que le da un tono transgresor y vivaz al conjunto de poemas que leemos.
Al terminar de leer 13 agujas de hijar me llevo la euforia, la rabia vertida en tantos versos. La militancia dialéctica de grandes hombres; de los muchos Hijar en nacimiento. De las letras incendiarias y sin ningún miedo a la palabra que busca la justicia. Es así que me atrinchero para que el día de mañana , en medio de la gris batalla yo pueda gritar a todo pulmón A ÉSE TIRANO MI PLUMA LO MATO.
Salud camaradas.