
José M. Viniegra
Estudios en:
Química de Alimentos, UNAM;
Gastronomía, Instituto ASPIC;
Creación Literaria, Fac. de Ciencias Políticas y Sociales UNAM;
Creación Poética, Clases particulares por 3 años.
He escrito y publicado: 1) Demius, vestigios de un pasado perdido (narrativa); 2) Déjà vu (narrativa); 3) Elogio a un sueño sin fin (prosa poética) 4) Prohibido (ensayo sobre los valores humanos).
5) El Acierto de un Árbol que Recrea un Poema *(Verso Destierro Editorial)
He colaborado en: 1) Cipactli, revista cultural de ENP #1, Gabino Barreda (poesía). 2) Nifelheim, revista underground (poesía). 3) Clarimonda, revista independiente cultural (poesía). 4) Río Arriba, revista independiente cultural (poesía). 5) El Alebrije, periódico digital (reportajes y coberturas especiales). Demius fue presentado en el programa Experimento Radio (sábados a las 19:00 hrs.)de Radio UNAM con apoyo de un buen amigo: Aldo Altamirano Aldana. 6) Elogio a un Sueño sin Fin fue leído Reactor 105, FM. En el programa Hexen, el Libro Negro, con Clauzzen Hdz. (jueves a las 23:00 hrs.) 7) El ensayo Prohibido, fue leído en Quiéreme 1440, AM. En el programa de Lucy Duran, a las 8:30 a.m.
8) Entrevista por Joel Rodriguez Toral, para el programa de radio: Neorama, desde la estación: Proyéctate Radio, por internet.
9) Micro-cuento en el proyecto de Microrelatos de Gabriel Ramos Zepeda.
Era de lúbricos hombres / José M. Viniegra /
Era de lúbricos hombres
En esta era de lúbricos hombres
y una casta te.rri.ble.men.tei.no.cen.te
robarían más atención mis letras
si en vez de hablarles repitiera lo que dice el diablo
*
Tomaré un camino
diametralmente opuesto al tuyo
La vida dará vueltas
vueltas
vueltas
vueltas
Voltearemos
Si todo sale bien un día
nos veremos de nuevo
Tras este mundo redondo
redondo
redondo
redondo
redundaremos
*
La hoja del árbol que despistada cae al lago
no sabe de su existencia por su reflejo en el agua
sino por la orilla que de su caída replicante habla
*
Tanta solemnidad en vida
es que no entendemos que todo es efímero
un juego
y la muerte llega así como sonriendo
Principio del formulario
Qué tan diferente seré yo de los hombres
si no entienden lo que entiendo
mas entiendo perfecto por qué no entienden
Es que no nací acaso de la tierra como todos?
Tardé en despertar de nuevo al mundo?
Por causa de un sopor…
Soy un extraño fulgor tardío?
Antología de José M. Viniegra / El abrazo de la noche y otros poemas /
Antología de José M. Viniegra
El abrazo de la noche y otros poemas
Cuánta falta hacía
que llevase entre mis sueños
el abrazo de tu noche
*
Mía a ratitos
en momentos chiquitos
Ancho es el instante a su lado
En Villa de Madrid una chica
de aquellas que inoculan la vista
bendice el instante más que Cibeles
Fulgurosa al paso impacta
y hace cráter
en el lado oscuro de mi corazón
*
No se ama embutiéndo ardores
ni sacacorchando memorias
de un miocardio sangrón
Anoche vi nauseabundos vídeos y otros poemas / José M. Viniegra /
Anoche vi nauseabundos vídeos y otros poemas
Anoche vi nauseabundos vídeos
depravadas villanías
deplorables actos
que se adjudicaron orgullos
insensatos Medios masivos
vendiendo libertinajes ocultos
bajo el disfraz de albedríos
solapados y desobligados derechos
provenientes de un futuro incierto
Decían que viviremos plenos
y pletóricos pero nos llevarán
-arrastrados por su ejemplo-
hacia la conducta bizarra
hacia el final de sociedades
hacia el civismo ausente
como sucedió antes
-está en la historia-
con el ardor de Roma
con la caída de Grecia
con el hervor de Sodoma y Gomorra
(Ojalá otros ojos vean
lo que observo
aunque sangren por igual)
El orgullo de otros tiempos fue la acción exitosa
el valor la bravura
la cultivación
al menos la riqueza
Hoy lo ostenta el más bruto
el ignorante
el abogado del diablo
el mercader con cualquier chance
Más vale -lo juro-
ver la atadura
de ojos oídos y alma
para cortar con tijera certera
la marionetería moderna
en que el poderoso el corrupto
lo mismo que el mediocre y depravado
vano y villano
nos indica grandilocuentemente
como acelerar del hombre
su paso hacia la muerte
***
¿Detrás de cual asteroide
-pensó el principito- soltaré
la memoria de mi rosa?
No la abandoné
(procuró convencerse)
me separó su orgullo
Pero en este mundo encontró
más de una y en cada una estaba
también aquel recuerdo
***
Como los eternos
entre nosotros
perviven tus letras
poeta
de la carne
Dime Raúl
“Hot Wheels”
Parra
¿Así lo deseabas?
El suave tiempo y otros poemas José M. Viniegra
El suave tiempo y otros poemas
El suave tiempo remueve las hojas
que aferran con ansia la precariedad
de algún árbol y el campesino piensa
que han cambiado su fuerza por debilidad
Labrador
en girar el mundo el universo
deja de ser estático
Ni el crepitar del fruto ni su deseo
vertiginoso por separarse de la rama
ni aun su estrepitosa caída
-¡sabe!-
dirá que el fruto desde la fronda cae
cuando su mejor edad llega
Hay hojas verdes que también caen gustosas
sólo por pintar otoños
Encuentro en la cocina
restos de tu hambre como fondo del plato
fantasmas en el baño
que lavan transparencias
y máculas antes tuyas
No digamos ya la alcoba
que terca llena el aire
con recuerdos que custodian
mi cama cuando ésta duerme
Lo juro y no exagero
el problema no soy yo
sino estos ojos necios
o el hechizo con que ven
en tanto sitio y en tanta cosa
reclamos de tu ausencia
Abrevar nuevamente
como antes -amén-
la misma sustancia amarga
manicomio antiguo donde vengo
a contar huesos
y coleccionar penurias
por impuro placer macabro
Atisbo así
hacia la nada
Enciende
Clemencia
tu veladora
pero aprende a conjurar conmigo
-y por mí-
para que vea en ella
la tibia luz y no el mismo
encantador cirio de sombras
¿Dónde la poesía? / José M. Viniegra /
¿Dónde la poesía?
José M. Viniegra
¿Dónde la bugambilia?
¿En qué lugar la astilla?
¿Dónde el éxtasis y el quebranto
de una sola sílaba?
¿Dónde…
dónde la poesía?
Cómo negarme
al color de los abismos
si gustó de hundir los ojos
dentro del muro de plata
para recordar el mundo
a través de las pupilas
de la oveja cósmica que soy
En este rezago cenagoso
(miasma de monarcas
y esclavismo moderno
me parece este mundo
a manos del político)
mi visceral ánimo busca el sitio
ad-hoc a su temperamento
En este caminar entre locos
ha sido la UTA
amado lugar
rincón de reposo
para mi desolado anarquismo
José M. Viniegra
José M. Viniegra
El suave tiempo remueve las hojas
que aferran con ansia la precariedad
de algún árbol y el campesino piensa
que han cambiado su fuerza por debilidad
Labrador
en girar el mundo el universo
deja de ser estático
Ni el crepitar del fruto ni su deseo
vertiginoso por separarse de la rama
ni aun su estrepitosa caída
-¡sabe!-
dirá que el fruto desde la fronda cae
cuando su mejor edad llega
Hay hojas verdes que también caen gustosas
sólo por pintar otoños
Encuentro en la cocina
restos de tu hambre como fondo del plato
fantasmas en el baño
que lavan transparencias
y máculas antes tuyas
No digamos ya la alcoba
que terca llena el aire
con recuerdos que custodian
mi cama cuando ésta duerme
Lo juro y no exagero
el problema no soy yo
sino estos ojos necios
o el hechizo con que ven
en tanto sitio y en tanta cosa
reclamos de tu ausencia
Abrevar nuevamente
como antes -amén-
la misma sustancia amarga
manicomio antiguo donde vengo
a contar huesos
y coleccionar penurias
por impuro placer macabro
Atisbo así
hacia la nada
Enciende
Clementia
tu veladora
pero aprende a conjurar conmigo
-y por mí-
para que vea en ella
la tibia luz y no el mismo
encantador cirio de sombras
El Acierto de un Árbol /José M. Viniegra /
El Acierto de un Árbol
José M. Viniegra
Por calles, plazas y carreteras
van luctuosas caravanas: camiones,
cientos de pies y pancartas que,
agotados de sangrarse el alma,
reclaman justicia; no se fían
del gobierno que tenemos.
¿Quién es el embustero
que nos apuñaló cuarenta y tres veces
como hicieran otro año 68?
Aquellos Díaz grises
amOrdazaron la voz de estudiantes.
Hoy de nuevo, algún gobernante
que se cree Guerrero y olvida que igual es pueblo,
con sólo levantar un dedo
ajustició una vez más a México.
(Sin título; del libro: El Acierto de un Árbol)
Traducción:
By streets, squares and roads,
go mournful caravans: trucks,
hundreds of feet and banners
exhausted from bleeding the soul.
“Justice”, they demand;
they don´t trust of the heads of states
we have at hand.
Who is the liar
who forty-three times
stabbed us as they did on that year, 68?
Those days(1) in gray
they shutted up(2) houndreds
of voices comming from students.
Today, once again, a ruler who
believes he is a fighter(3)
and forgets he is people too,
by just lifting a finger,
he executed once more to Mexico.
(1) Originally written as “Diaz” (a last name) as it could be read like “Días” (days).
(2) Originally written as “amOrdazaron” (to allude “Ordaz” -a last name-) as it could be read like “Amordazaron” (to gag or to shut up).
(3) Originally written as “Guerrero” (to allude a State on México) as it could be read like “guerrero” (a warrior).
2
Cuando la herida es precisa
Como cuarenta y tres venados sangrantes
por flechas –o una ráfaga-
es fácil que cualquier imagen
en una zanja
te recuerde las masacres comunes
de un país que siembra fosas.
(Sin título; del libro: El Acierto de un Árbol)
Traducción:
When it´s not just a wound
-but the wound-
and the forty three
which bleeds
are deers
to some darts
or bullets in a blast
how easy is for any image
in a ditch
to recall you the common carnage
of a country which only pits seeds.
SANTA SANGRE Y DALI / José M. Viniegra /

SANTA SANGRE
José M. Viniegra
(A la obra de Jodorowsky)
Santa,
¡Oh, Santa!
Santa muerte,
Santa Sangre.
Santa vienes a mí amorosa,
venenosa,
Oh, Piadosa,
piadosa madre.
Madre de mi sangre.
Santa sea tu religión de mentiras fermentadas
entre celos y un orgullo santo,
tan santo como tu sangre:
Sangre nacida del sarcástico circo,
fatídico circo,
el circo de la vida:
Vida que se te escapa en el primer acto.
Se va, se entrega,
se abandona a la muerte de cada día.
Pero nó así tu voluntad y tus sádicos deseos.
Deseos fríos, deseos de muerte:
“Mátalas, mátalas a todas que ninguna quiero a tu lado y ninguna conviene a tu alma”.
¡Ah, Alma!
Pobre alma mía.
Muda, empero noble,
me susurra sin una sola palabra:
“Olvida el dolor,
Olvida aquél pasado y tus tormentos.
Aprende a volar;
volar alto para que vuele yo contigo lejos,
muy lejos de tu muerte”:
Santa muerte,
muerte y sangre:
Santa Sangre
DALI
(Al maestro Dalí)
El alma mía la ha pintado el Maestro Dalí.
Toda ella,
cual tiempo que en un Dalí escurridizo es,
se escurre.
El corazón mío lo ha pintado Dalí,
refinado, bien cromado, pero
amorfo consumado.
Éste,
mi yo,
mi ego
-mi vida-,
el del peculiar mostacho,
el maestro Dalí,
le ha pintado; con el arte del perfecto pincel
errado, empero de contornos delimitados.
Es de éste,
todo mis ser,
del cual sólo a mí y a él
nos deleitó su característico trazo.
Le pregunto ahora:
¿Será por todo esto,
Maestro Dalí,
que no nos entiende este mundo cubista?
¿Será por esto que no nos entienden
sus mujeres,
caprichosas dadaístas?
José M. Viniegra
¿CUÁNTA AYUDA HAY EN LA VIDA? / José M. Viniegra /

¿CUÁNTA AYUDA HAY EN LA VIDA?
José M. Viniegra
Es posible que hoy en día la ayuda sea, para algunos, uno de los temas menos populares de nuestros tiempos. Es posible, incluso, que haya quien se oponga a dar o a recibir ayuda. Algunos se sienten incómodos con la idea de recibirla y creen que “pueden solos”. Otros, se quejan cuando se les solicita ayuda, evitan darla o incluso la niegan con violencia.
Si lo anterior es difícil de creer, baste poner algunos ejemplos prácticos: alguna vez, por ejemplo, “esa” persona del trabajo o de la familia te contestó sarcásticamente diciéndote “¿puedes o lo hago yo?” para evitar ayudarte y dejarte “morir solo”. Bueno; qué pena que “esa” persona, al parecer, lo único que ya no puede hacer por otros es ayudar. Es, hasta ese punto o en esa medida, un tanto inservible dentro de la sociedad.
Otro ejemplo: Te acercaste a alguien para decirle (y esto fue algo muy recurrente cuando éramos niños): “¿Te ayudo?”. Y esa persona, aterrorizada por sus propios temores, simplemente te “abrió como pistache”. Bien; es igualmente una pena que por sus fracasos en ayudar a otros se ha vuelto incapaz de recibir él mismo o ella misma ayuda alguna.
Pero ejemplos de ayuda en la naturaleza (a veces creo que el hombre ha superado la suya propia) sobre la ayuda hay muchos. En aquellos gloriosos tiempos se nos enseñó una palabra muy útil para ejemplificarlo: Simbiosis.
La Simbiosis se define así en un diccionario: “Relación de ayuda o apoyo mutuo que se establece entre dos personas o entidades, especialmente cuando trabajan o realizan algo en común”. No obstante, a veces la ayuda no se presenta como una relación previamente acordada. El ser humano suele estar muy dispuesto a la ayuda, ya sea recibirla o darla, cuando es pequeño y aún no está intoxicado de poco funcionales mecanismos mentales. En la mayoría de éstos, refiriéndome a la conducta apática o amarga del adulto. Dicho sea de paso: el adulto podrá saber más sobre el mundo exterior; pero el niño suele saber más sobre el mundo interior. A lo largo de la vida, ese patrón, en el niño, se revierte: se adapta a la adultez. Normalmente, a base de perder su capacidad de ayudar a otros y de ser ayudado. Y pareciera no haber más al respecto.
Bueno; continuando: por ahí falta mencionar un aspecto fundamental en la ayuda. A veces, no la vemos. Oh, sí. Siento decirlo, pero el verla o no depende, en gran medida, de las intenciones que tengamos. Nuevamente: al parecer, los niños son más conscientes de algo que nosotros, los adultos, vamos perdiendo. Tan conscientes son que se ponen de acuerdo muy pronto, casi nunca reniegan o pelean entre sí y por lo regular “saben” todos ellos qué hay que hacer; aunque sea sólo en el juego, pero saben. Conforme hemos crecido -y esto no debes creérmelo por ser yo un erudito en el tema (de esos adultos que sobran por aquí y allá), sino observar en tus recuerdos y en la vida que te rodea todos los días-, hemos diversificado nuestros puntos de vista y las apreciaciones sobre la vida hasta el punto de la desunión en las familias y en la sociedad. Ello mismo nos impide ver el punto del otro.
Se nos ha ofrecido ayuda en muchas, muchas ocasiones; pero nuestra obstinación por nuestros propios ángulos de vista de una situación dada, a veces nos impiden ver la ayuda venidera. Por increíble que parezca, a veces lo que nos hará menos bien o nos dañará más, nos parece mejor a nosotros, con nuestro caprichoso y necio punto de vista, de lo que le parece a ese otro que nos podría estar intentando ayudar o apoyar: mamá, papá, un hermano, un tío, el amigo real, el extraño que piadosamente aún piensa en ayudar a otros, etc. Esto es, en sí, lo que nos niega la posibilidad de ver cuánta ayuda hemos recibido en la vida. Al menos, hemos recibido una gran cantidad de ofrecimiento(s) así; pero muchas veces, muy seguros de que nuestra solidez y necedad es madurez, la hemos rechazado. Y la sociedad, se desintegra cada día más. Pero si acaso te interesa saber más acerca de la ayuda o restaurarla en ti, quizá te quieras poner en contacto conmigo.
Ahora, al final, sólo por no dejar de lado el tercer caso: El peor caso de no ayuda es el de la personalidad que ya no sólo rechaza que le ayuden o evita ayudar a otros; es aquella persona o personalidad que impide, siempre que le sea posible, que otros ayuden a otros. Hay, por increíble que parezca, personas que se sienten amenazadas cuando ven que alguien ayuda a otros seres vivos. No contra cualquier ayuda; sobre todo, contra la ayuda que represente que otros sean más conscientes, mejores personas o que puedan saber y crecer más. Esas personas, son las que activamente, pero encubiertas, han maltratado más al mundo. Así que cuando veas que alguien parece enojarse porque tú intentas ayudar a alguien o alguien intenta ayudarte a mejorar, deberías tener mucha perspicacia, detectarlo y alejarte de su influencia, porque ayuda hay mucha en la vida, y mereces recibirla como ellos merecen obtenerla de ti. No lo dudes y sé paciente. Todos estamos en el caos metidos y no es fácil. Pero… ¿quién dijo que la vida sería fácil?