
Mònica Martz
Mónica Martínez M (México D.F. 1974)
La poesía de Mónica tiene como base la propia experiencia y la atemporalidad de los sentidos. El mundo onírico, las noches oscuras y los recuerdos de la infancia como imágenes repetitivas que forman una especia de mantra u oración
Su deseo es que qué las imágenes alcancen a documentar en su trabajo los que existencialmente vive una conciencia o una alma en constante búsqueda..
Observadora del silencio y de las cosas más íntimas y nostálgicas de la naturaleza.
En este momento dirige un proyecto de poesía sonora en el que se acompaña la poesía con atmósferas musicales colaborando con diferentes músicos y artistas sonoros. En el se experimentan los alcances de la memoria emocional que evoca a la música como una entidad viva que la ha acompañado desde la infancia.
Orquídeas endemoniadas / Mònica Martz /
Orquídeas endemoniadas
Desde la esquina pude mirarlo; su cabello despeinado, esas canas que brillaban como brisa espumosa y salada.Siempre con un cigarro en la mano, su cabeza inclinada mirando al piso, su saco negro, ese rostro cuadrado, la barba descuidada. Era él.
Miré con cariño el letrero luminoso del “Arista Café”. Aquel lugar donde solíamos reunirnos tantas tardes, tantas noches después de la fiesta. Llorábamos, hacíamos burbujas con el popote en la malteada, reíamos sin parar para después encarar a la nostalgia de nuevo.
Me quedé un momento parada, mirándolo y lentamente, casi flotando, entré por la puerta, donde siempre sonaba una campanita. El volteó, hacía ya cuatro años de la última vez que nos vimos. Después de un introspectivo abrazo nos sentamos y comenzó su monólogo.
Al final, todo se vuelve Binario.
Aquí ya llovió, hizo mil noches y ella nunca volvió.
Que hago, ¿la espero, o vuelvo a la comida?
–Moví la cabeza de lado a lado queriendo responder, pero levantó la mano en señal de “alto”
Carajo, tengo 42 años y las piernas se me doblan al querer trepar la escalera. Soñando con pastelitos, GrandMarnier, la batidora descompuesta, los baresuchos en el centro de madrugada, y claro, mis chicas Europeas.
No pienso pintarme las canas, sé escuchar muy bien, y por eso esperaré la aurora boreal vestido de negro.
Que risa, me encuentro desfragmentado; miro los árboles desde mi ventanal y quiero estar ahí, quiero ser parte del mundo.
He vivido mi vida entre mis piernas , contestando a los llamados de ese señor que nunca se sacia con nada. Necesito volar, necesito estarme quieto, quiero recuperarme, nunca he sabido quien soy.
Pero adoro esos duraznitos tiernos meciéndose al compas de mi pincel.
A que sabe el espíritu, tu, conoces bien ese sabor, verdad?
–Sonreí de lado, y continuó hablando.
Será un sabor neutro, o amargo como las noches en el apartamento de la San Miguel?
O dulce como esos días en el sanatorio después de mi ultimo coma diabético.
–Hizo una pausa, y le dio un buen sorbo a su café, que ya era el tercero–
–Escúchame, dijo tomando mi barbilla con su mano temblorosa.
El tono de su voz comenzaba a sentirse por todo el espacio.
Cuando digo vámonos es por que yo ya estoy tarde. Yo, Yo ,Yo, encima de mi mismo, ausente de aquellas mañanas radiantes cuando me despertaba y sonreía.
Estoy a punto de llegar, lo se.
Tomo el elevador, y me multiplico en sus espejos, bajo las escaleras eléctricas de espaldas, subo las de caracol hacia la azotea, el viento me lanza una maldición, y me dejo ir por el tobogán de emergencia.
Y abajo, las noches viciosas de post punk, sentimentalismo de polvos blancos, me alimento del bies negro de mi kimono narcisista.
-Tenía tanto que decirle, pero mi referencia en su espejo era insultante, así que me limite a escucharlo, con esa nueva paciencia que había ganado en esos años de ausencia. Él no se inmutaba de mi necesidad de comunicarle que pronto tendría que marcharme de nuevo de la ciudad, y esta vez no sabía cuando iba a volver-
–Continuó hablando, ya sus ojos parecían desorbitados
En este sótano necesito una lámpara para iluminar los pocos días que me quedan de Paris.
Ya de madrugada, regreso al apartamento y entro en la tina con ropa.
Tres o cuatro días tirado en la cama,, me abraza mi colchón olvidadizo del verano.
Una paloma despistada choca con mi ventana y al fin despierto.
Me levanto vociferando en contra de los eclipses Lunares para personas con tal sensibilidad, yo definitivamente me quiebro.
Envidio al borracho perdido que se estrangula diariamente desde el fondo de la botella, el tampoco sabe quien es, pero no le importa.
El solo quisiera saber hacia donde lleva ese listón rojo que emana del pavimento al medio día.
–Hizo una pequeña pausa, y después de un largo suspiro, me miró fijamente: te ves linda eh? Andas con alguien?
–Ya te contaré, eso si me dejas hablar en algún momento, bromee.
–Déjame decirte lo que he estado sintiendo últimamente, me dijo juntando sus manos palma con palma-
-Sonreí-
Yo a veces quisiera haber nacido mujer, para no ser cobarde, para entregar hasta los huesos cuando de amor se trata, por lo menos pintarme los labios y desgarrar mi ropa de vez en cuando me hace tirar las mascaras .
En desnudez, deseo caer al piso sin miedo de nunca maslevantarme.
Los hombres demoniacos somos mas atractivos, por quesomos infinitos, y debajo de las alas siempre llevamos una flor.
La cordura siempre fue bebida fácil, y jamás me libero, en cambio, siempre he tenido un futuro abierto, en el que me visualizo descolgando los adornos superfluos de mis repisas. Yen cámara lenta voy girando agangrenado por el triple nudo de mi gazne de seda atado al cuello.
Siempre he dicho que en el amor la decadencia puede ser lenta y asfixiante cuando la expectativa te arrastra.
–Comenzaba a sentirme ansiosa; quería gritar, quería llorar.
–Me levanté de golpe, saturada de palabras e imágenes, y sin decirle nada ,camine rápidamente al baño. Abrí mi enorme bolso, buscando rápidamente mi pastillero. Saqué un Rivotril y lo partí a la mitad echándolo al túnel místico de mi garganta y la tragué, así, sin agua. Me recargué en el lavabo, mirándome en el espejo, mis ojos reflejaban alguna tristeza vieja, esa nostalgia que iba desgajándose como un delicioso cítrico anaranjado. Y sí, lo era.
Volví a la mesa .Ya sentía el efecto de la amable pastillita, así que me senté en calma, le acaricié el cabello y le dije:
Mira, la verdad siempre ordena.
La verdad sobre uno mismo, sobre quien fuiste de niño, y quien eres ahora.
Cuando vivía en Jalapa, me gustaba salir muy temprano al bosque.
Correr, persiguiendo el largo vestido gris de la neblina. Ygritar.
Gritar me liberaba, gritarme a mi misma.
Hoy quiero gritar y no puedo hacerlo, no como mujer, por que sigo siendo una niña.
Así la catarsis de la vida: comienza en la punta de la cola de un gato, y termina….
¿Donde termina; cuando una imagen te toca por dentro sin tocar tu superficie primero?
Recuerdo cuando me sentaba en la banqueta a platicar con mi hermana. Compartíamos las mismas imágenes del alma , como una fuente descontaminada, mientras el agua de la lluvia pasaba por debajo de nosotras ,trayendo con si brazos y piernas de plástico, desechos de la fabrica de muñecos que estaba en la esquina de mi casa.
¿Dónde quedaron esas aguas limpias, aquellos borbotones de risas y cuentos?
-Después regresábamos a casa, subíamos al estudio por la escalera de caracol metálica que siempre rechinaba. Enencendíamos el tocadiscos. Ella casi siempre elegía el disco de Peter Murphy “Love Hysteria”
Mirábamos la portada y nos enamorábamos de su cara afilada .Parecía una navaja antigua, sus ojos oscuros eran un espejo donde nos gustaba reflejar nuestra siempre curiosa mirada.
-Hice una pausa, mi mirada abstracta en un cuadro de colores pastel colgado en la pared que retrataba un helado Banana Split-
–Siempre me ha gustado mucho bailar –continué. Siento que cuando lo hago, me olvido de todo, y siempre,aparece puntual la sombra que gira, y desvanece losrecuerdos que no me dejan dormir.
Después de una gran noche de baile, despierto a la mañana olvidadiza de un corazón perforado.
La sombra deja de ser un arquetipo punzante y dolorosocuando uno la reconoce como una parte vital de la propia vida.
–¿ A qué viene lo del baile?- preguntó.
–Permanecí un momento en silencio, recordando una noche de día de muertos en el antro al que asistíamos con frecuencia. –Me preguntó: por que te quedaste callada?.
–Recuerdas esa noche, cuando íbamos disfrazados con capas negras y nos pintamos la cara con los maquillajes que me trajiste de tu último viaje?Bajamos la escalera hacia el área de fumadores, el humo casi no dejaba ver el juego de luces violetas y a toda la gente bailando, perdiéndose en notas oscuras y Martinis color violeta también. Me jalaste de la mano y me llevaste detrás de la puerta del baño, me alzaste acomodando mis nalgas en la pequeña orilla de la ventanita, recuerdo que rasgue mi falda negra de gasa.
Comenzaste a besarme y morderme el cuello, yo tenía la copa en la mano y la dejé caer, para entregarme a ese sudor extraño sabor a tabaco y chicle de menta añejo. Mordías mis pezones mientras introducías dos dedos en mi vagina que brotaba como cascada. Yo gritaba y reía al mismo tiempo, pero mis gemidos eran imperceptibles para la multitud. Tu estabas de espaldas al baño pero yo miraba de frente gente entrar y salir, se tambaleaban, fumando y bebiendo, miraba el reflejo de las luces en sus cabellos decolorados y el delineador de sus ojos caía con el sudor como lágrimas negras. Nadie se percataba de nuestro juego, así que bajaste la bregueta y me penetraste. De verdad pocas cosas me prenden más que el sexo en lugares públicos.
Terminaste pronto. Nos quedamos un momento recobrando el aliento y mirándonos con complicidad. Sabíamos que era solo ese momento y nada más, cada uno con sus historias personales, sus amores no concretados sus tristezas en soledad.
Pero eso me daba tranquilidad, para mi era casi imposible tener sexo con alguien que me agradara sin enamorarme y terminar hecha pedazos por nos ser correspondida después.
Lo nuestro me recuerda a esas épocas, de discos de vinyl, de platicas tontas en la banqueta, de dulces de colores que revientan en la boca, de bombas gigantescas de chicle, de….
El me miraba, entre sorprendido y deseoso, yo sabía que había encendido en el esa dependencia que conocíamos los dos muy bien, y quería provocarlo, quería quedarme, pero cerca de él, aún así, sabiendo que los dos éramos incapaces de amar libremente
-¿Cuando te vas?- me pregunto, levantando la ceja derecha.
-Aún no compro mi boleto.
Él sacudía su camisa color gris, abanicándose del calor que su cuerpo había generado. Yo sabía que estaba deseoso de tenerme de nuevo, después de tantas metáforas y música y ausencia y ganas de reventar el colchón de tanto dar vueltas mientras la música nos rodea siempre como un espiral que continuará hasta nuestro último respiro.
Gimnasta / Mònica Martz //
Gimnasta
Mònica Martz
accidente en la viga de equilibrio
revivir una virtud al desgarrarme los músculos
al primer salto mortal, mis manos se queman , tienen llagas, pero continúo
la violencia sigue multiplicada en un placer muy vivo
que oxigena mis pulmones
respiro concentrada, aún mi ejercicio no termina
mis cuerdas vocales listas para jurar el último grito
me distraigo y volteo a las gradas
ahí estas sentado, vestido de negro, haciendo una caverna con tus ojos, mirándome
agitas tu mano de un lado a otro con energía.
pierdo la concentración, mi corazón late tan fuerte
que la likra de mi payasito se desgarra y de ahí ,se escapa el gorrión que vivía en mi pecho
los músculos que concurren al acto respiratorio flaquean, y caigo de la viga, mis tendones se relajan al fin
tú, el público y los jueces se levantan
he dejado de respirar
hasta la célula mas insignificante sabe que lo hago intencionalmente
siento mis parpados transparentes
yo misma me he privado de respirar
sollozos, gente quiere reparar aquella caída
el domo de aquel gimnasio, es un arma de dolor.
mujer reloj
¿qué es mi cuerpo?
un mar siempre seducido por la tempestad
un surco profundo donde poco a poco germina mi fuerza
una tina donde me baño inocente
un reloj donde marco la hora levantando y moviendo los brazos de un lado a otro, de arriba abajo, mi cabeza de un lado a otro, tic tac.
un espectro que al caminar suaviza el concreto de las avenidas
mi cuerpo se dejó aplastar, para quien apaga el fuego.
y aplastada, a golpe de cráneo, incubé la noche mas bella
aún con ojos sin esperanza
con un anzuelo a la neblina, flotaron mis ojos sin temor
mi cuerpo entró entro en mi corazón por sorpresa.
telequinesis
alzo en mi mano tu calle
el empedrado, las lámparas, a los vecinos pálidos que corren por ahí
debajo del asfalto esta el cuerpo de tu padre, algunos de tus gatos que murieron y que tu enterraste ahí
me hablan; me dicen : señora antigua
los pájaros los han visto también
el subsuelo está lleno de paja , de ramas desnudas
ahí viven los fantasmas que habitan tu casa
los he liberado
los pájaros, los gatos, tu padre y yo
un profundo desastre
se mezclan vivos con muertos, y muertos con muertos que creen que están vivos
una ardilla remueve las cenizas
yo informo a todos de la realidad
aun sigo sosteniendo la calle con mi mano
¡la tierra se ha nutrido!; grito.
todos depositan su fatiga aquí
su pena de estar vivos
dejo caer la calle
y el sol la mira
el sol azul.
POLARIDAD Y ZENITH /Mónica Martz./

POLARIDAD
Mónica Martz.
somos puros
hacia un lugar de agua lenta
la vela respira
la vela y el pez
abrir una casa:
el bosque por dentro
por fuera; el alma pálida
el hombre de todos los movimientos, duerme
toma la apariencia del pez
tu decías que yo vivía volando
y yo era un yunque
clavado en la tierra
el recuerdo del amor, anatman
tu subías la escalera
mientras caía la medusa en el cuarto secreto
imaginar me salvó la vida
imaginar un trozo de la casa natal
fugitivo de las gotas del latón
los ríos de los padres
ríos rin ráfaga
cubículos glaciares
fue un comienzo melancólico
yeso caía en nuestros ojos
sudor viajaba por el arrollo
el amor aterrizaba en silencio
no lo percibíamos
rodeábamos el eclipse
y el cielo con la verdad
el hombre con su realidad
las armaduras
la piedra del movimiento
la nunca vista
la piedra de agua
el colofón negro
el pájaro se ha confundido con el viento
defiende el umbral
siempre el siete
duerme
tu que no tienes nombre
el mar te llama
el cielo te dice: sobre mi
suprime el olvido
por que somos puros de nuevo
por la noche bebida
por la reja abierta
por los ojos paisajes
por los sueños astros
por las curvas secretas
por nada
ese gran muro que defiendes
es masa de luz
todo está colmado
para agotar la noche
tristeza bello rostro
todo es madera
tu casa el amor único
fuentes mezcladas a fuentes
todo conduce al reposo
noche metamorfosis
cabellera desatada
el pez viene de nieve de noche
el pez y el cuarto secreto
la cava la llave
el agua se dilata
las goteras silencian las voces
anulan las rutas
de playas distantes
de limites humanos
muéstrame ese hombre secreto
que hace obediente a la tierra
de cabellos tirantes
y ojos perdidos extraños
huesos roidos de virtudes
secretos que unen sus sienes
regresa al palacio ausente
sobre espinas más pequeñas
sobre el animal del traje frío
nos acercamos
y el cielo se ensancha
cansados
de habitar ruinas de sueño
multiplicamos nuestra luz
en olas de espuma trastornada
e infancia persistente
fuera de las cavernas
fuera de nosotros mismos
a medio camino
el halo tendido
la violeta expuesta al viento
grosella desde la superficie
higo molino hogar del viento
desciende del terciopelo
hacia la perla final
anémona
a los veinticinco ya eras sabia
cristal eco débil
cristal digital sedoso
pasiflora entregada
violeta de nuevo
de labios entregados
catarsis de brújulas olvidadas
fluxus negligente
flor ruin que siempre busca la perfección
intensas nubes que se me de memoria
sangres sólidas de verano
sangres lluvias
sangres fiebre
sangres olvido
sangres ayer
sangres.
ZENITH
Despiertar de la arrogancia del invierno
mi cabello se eleva hacía el zenith
mi cuerpo decae y las rosas se recuestan en un terciopelo absoluto
jamás justifique el cuerpo por sí solo, pero el espacio entre él y el cabello que se levanta firme
el cielo voltea grande
se agacha
se arrodilla
y deja implantada sobre mi su cera caliente
nube hermafrodita
piel que aletea transparencia nueva en una pequeña hoja
debo saber cuando la sombra debe quedar en silencio
cuando el silencio atrae la espada
y la espada solo mira sin cortar
desenreda la cota
mira firme y sin filo
líneas que miran desde abajo
líneas volubles que se arraigan
que vuelven de madrugada y dejan todo de noche
explosiones y se enciende el fuego
y en los maizales aúllan las gandharvas
el cielo ausente
la luna cae
del piso se levanta un altar de constelaciones cilindros, alas ,muecas y siempre las líneas
extendiéndose hacía la semilla que camina despacio
en el fondo, donde todo es posible
ángeles ebrios hablan de un Gran Sur
ángeles lúcidos lloran y la inocencia de mi escarabajo está contenida en una solo escalón
en una montaña de silencio
ojos me miran de un lado a otro
mientras la noche dice “hasta aquí”
yo no escucho
continuo hablando del Domingo
engaña Baal
quiero creer que me empuja a seguir viviendo
a seguir despierta en un mundo de botellas rotas
de vísceras que inundan las calles
maldito Domingo de esculturas vivientes
en forma de familias felices que se desgastan D D D familias caminando con vasos de refresco extra grande
de popotes llenos de santuarios de Fe
burbujas de soda capitalista
nata de aire gris, bella escalera al despertar
he aquí donde comienza la miseria
regiones de blancura exacta
rincones donde los hombres no duermen no comen no aman
rincones palpitantes de sebo en el piso, donde los perros hablan y los harapos aúllan
jaguares contenido de billetes violetas
que son todo que llueven
que llovemos juntos
sentados en la paleta de colores en el piso
sueños idénticos
nuestras complejidades
y pactos con las sombras
el ánima brinca y baila sobre nosotros
siempre regresas tu
pacto indeleble
labial tornasol
mueca que persevera
vértigo y látigo
manual apocalíptico de hielo
renuncio al mundo.