Última canción de junio
Alejandro Martínez Lira
A Lizi
Gota a gota tu voz
me induce a los siglos de la madrugada,
a su vivo fuego de primavera herida,
y a su aliento de lunas
que se quiebran de junio.
Viajero de tus labios, me adentro
a sus vaivenes
y a sus países
de desvelos, de sed de noche y de abismos.
Aquí estoy a esta hora:
viajero y sacerdote de los tetramorfos
que se enselvan en los evangelios
de tu cuerpo;
voy loco;
y en el oráculo de mi carne
invoco los signos de tu lumbre, el escorpión
de tus venas, la tierra roja y
tu cintura.
Segadores de la noche y de las nubes
nos llevan a los secretos
de este sol callado que nos desviste
y que nos ha desnudado ya hasta la palabra
de esta última canción de junio.
Afuera
A Lizi
Afuera, lo sé, la gente
desaparece, es asesinada,
afuera guardias y policías,
lo sé, con sus toletes continúan
hiriendo. Afuera epidemias
de tristezas y de muerte;
epidemia de podredumbre
en los palacios de gobierno
y en las cámaras legislativas.
Sin embargo, te sé
adentro de esta madrugada,
ahí, con un poco
de junio en tu voz semidormida,
tu voz, desmenuzándose,
en mi desasosiego,
ahí, sobre la tregua desnuda
de la madrugada.
Te sé aquí adentro, isla última
de esta hora, luz húmeda,
tiempo destruido en tus labios.