Elementos filtrados por fecha: Mayo 2020
MINIFICCIONES CON INFANCIA / RICARDO BUGARÍN /
MINIFICCIONES CON INFANCIA
RICARDO BUGARÍN
VERANO
Tomamos sol en la playa y después lo guardamos en el cesto junto a los restos de comida y otros elementos. Advertimos que ya no hay espacio para el protector y las cremas mientras el periódico del día no nos entra ni siquiera plegado. Avanzamos por la duna y oímos la voz de nuestro hijo que, en su particular manera de preguntarlo todo, nos dice: ¿no será mucha luz para meterla toda en casa?.
EL PESCADOR
Tira la línea y pesca un surubí. Vuelve a tirar la línea y saca un pato. Vuelve a intentarlo y obtiene un barco de tres colores con el nombre Suertepintado en amarillo. La tarde es pródiga en riquezas. Lanza la línea por última vez para tentar al destino y saca un tapón. En el medio de la sorpresa, la bañera se vació.
TARDE DE PRIMOS EN EL JARDIN
Nos preparábamos dos o tres jarras de yeso con unas gotitas de limón, nos las bebíamos y, después, nos íbamos a jugar el juego de las estatuas.
LA TÍA EMILIA ES UNA INCRÉDULA
Las siestas adolescentes suelen ser muy aburridas si uno tiene tíos jodidos y que todo lo controlan. Nosotros sabíamos irnos al fondo de la finca, por el sector de los manzanos, y allí nadie nos incomodaba. Nos pasábamos la tarde de lo más entretenidos. Nos hacíamos enemas de miel. A veces se nos iba un poco la mano. Con un embudo y una goma nos íbamos endulzando y, después, nos tirábamos en el pastito a ver quién juntaba más hormigas. A veces nos agarraba una comezón de aquellas y las risotadas llegaban a sacudir las manzanas maduras en las ramas. Todo fue bien hasta que nos atacó el enjambre. Tuvimos que salir corriendo cachete al viento y cuando íbamos llegando a la casa nos sale el Boby y nos desconoce y despierta a todo el mundo a puro ladrido. La tía Emilia no nos creyó nunca que habíamos estado en el paraíso y que tuvimos que salir corriendo por la amenaza de una serpiente. Cuando convocó a plenario familiar dijo, convencidamente, que se terminaban en su casa las vacaciones entre parientes. Hay tías incrédulas que para lo único que sirven es para amargar la dulzura de los afectos.
EL CASO DEL CANGURO DE LA LECHE
Soy tan lento, mi musculatura es tan torpe, que me cuesta creer que yo sea ese niño tan hermoso que se ve en mis fotografías de infancia. Tal vez sea cierto que la infancia tiene algo de angelical que con el tiempo vamos perdiendo. El caso es que no me reconozco y debe ser por culpa del canguro de la leche.
Cuando era niño y vivíamos en la calle Ameghino, todos los días venía el lechero don Rodríguez a traernos su servicio. Lo veía llegar en su carro blanco, cargado de tachos, en el que se destacaba la figura de un esbelto canguro, parado sobre sus patas -bien enhiesto-, al lado del cartel que en un filete extraño decía “La leche es buena”. Ahora entiendo que aquello era una consigna publicitaria o una especie de campaña de concientización tan en boga en esa época.
Yo veía al canguro, sostenía su mirada, y pensaba que si me tomaba toda esa leche que, diariamente, dejaban en casa, un día sería fuerte y atlético como ese canguro. Yo me decía –para mis adentro- voy a ser un canguro Rodríguez. Convencido estaba que mi masa muscular –eso lo veo ahora- y el desarrollo de mi agilidad dependía de esos tachos que venían llenos de leche de canguro.
Lo angelical de la infancia –creo ahora, pero no lo digo- es una boludez tremenda. Yo que me pensé criado por leche de canguro soy ahora este pelotudo que no se reconoce en las fotografías de infancia. Soy tan lento y torpe que no me lo puedo creer. Si el canguro Rodríguez hubiera sido un colibrí, tal vez me creería que podría ahora estar suspendido en el aire o andar volando.
Reflexionando sobre “El peligro de una sola historia” Sergio Salinas
Reflexionando sobre “El peligro de una sola historia”
Sergio Salinas
Siendo lectores estamos expuestos a las historias. Qué digo, también como seres humanos somos vulnerables ante ellas. En múltiples ocasiones somos espectadores, y algunas veces, lo queramos o no, protagonistas. También, en más de las que quisiéramos admitir, narradores.
Esto nos puede hablar un dar una idea de lo infinito que es el universo de las historias. La realidad es conformada por un gran matiz de éstas. Cada una con una tonalidad única, capaz de darle existencia a un sinnúmero de perspectivas; todas casi tan valiosas intrínsecamente por el hecho de ser humanas.
Sin embargo, las estructuras sociales no pueden concebir que existan tantas posibilidades; para la humanidad, es necesario un límite marcado de estas historias para dibujar un esbozo simple de la existencia. Un criterio capaz de otorgar valía y de definir cuáles son aquellas historias que “en realidad” representan a la realidad. Sin ahondar mucho en el tema, los criterios han sido de todo tipo: estéticos, políticos, sociales… pero más que nada, impuestos.
Ante el filtro de estas narraciones, como consumidores de historias a veces nos quedamos con una visión corta (¡cortísima!) si la comparamos con la infinidad posible de visiones. Y este ejercicio, a lo largo de los años, ha generado una riesgosa situación de presentar una sola historia para cierta persona, para cierta comunidad, para cierto pueblo. Las vertientes bellas u horrorosas que conforman la naturaleza humana de estos individuos resultan en un solo cuadro parcial de la realidad. Una fotografía reducida, la cual se toma como la única verdad sobre ellos.
Chimamanda Adichie, escritora nigeriana, invierte una gran parte de su imagen pública para advertir sobre el peligro de este cuadro parcial de la realidad y las consecuencias de contar, o escuchar, una sola perspectiva. Ha dedicado su obra a narrar historias contemporáneas africanas a través de abaladas novelas, publicadas desde sus estudios en la Universidad Estatal del Este de Connecticut. Sus experiencias internacionales y ávido consumo como lectora, la han llevado a generar esta reflexión, la cual ha presentado en numerosas plataformas; una de ellas a través de TED Talks, bajo el título de “The danger of a single story”, fácilmente encontrable en Youtube.
Con base en su conferencia, he permitido surgir algunas reflexiones en torno a las peligrosas consecuencias de contar (y escuchar) una sola historia. La primera, tal vez la más relevante de estas, implica el desarrollo y perpetuación de estereotipos y prejuicios hacia personas, colectivos o pueblos, lo cual tiene como grave consecuencia el despojo de la dignidad de estos. Las historias y sus narradores son capaces de deshumanizar, limitar e imponer perspectivas que son versiones incompletas ante la complejidad y belleza de la naturaleza de los pueblos.
Estas estructuras de pensamiento trascienden histórica y culturalmente, perpetuando la desvaloración de ciertos individuos y comunidades. En ocasiones, estos se vuelven cánones o tabúes, casi sagrados. Para mí, esto es perpetuar la mentira en gran parte. Y esta mentira nos aleja los unos de los otros; limita el reconocimiento hacia los demás y nos hace menos empáticos ante la situación del prójimo.
Una sola versión de los protagonistas en estas narrativas limita la capacidad de generar una identidad por parte del individuo lector. El discurso oficial limita a los personajes; muchos lectores quedan fuera del recurso literario debido a su incapacidad para identificarse con historias similares a las suyas, y mantienen lineamientos sociales, políticas y culturales en las cuales, consciente o inconscientemente, se comprometen a preservar, pues no conocen otra versión de sus propias historias. Y muy baja es la cantidad de rebeldes que deciden cambiar el rumbo de su propio cuento.
Es ya muy conocido el mecanismo, brevemente comentado en el párrafo anterior, bajo el cual se reproducen estructuras sociales y culturales a través de las historias; así es que también el contar una sola historia es un ejercicio de poder: los poderosos son quienes generan los criterios para validar historias, así como de crear las mismas a través de diferentes vehículos. No sólo hablamos de las narraciones; esto es transferible a los discursos oficiales políticos y sociales, difundidos por la cultura, el arte y los medios de comunicación.
Por otro lado, reconocer el peligro de una sola historia nos permite también explorar las demás posibilidades positivas. Por caso, es importantísimo valorar la necesidad de proveer de recursos a escritores capaces de contar “todas las historias”. La existencia de escritoras y escritores con múltiples tonalidades ayudaría a enriquecer el panorama literario, abriendo ese cuadro parcial presentado en este texto para convertirlo en un universo más matizado de posibilidades. En primera instancia, se podrían romper los estereotipos. En segunda, se lograría una mayor identificación de personas ansiosas de escuchar historias diferentes sobre ellas mismas y sobre otras. En el ámbito cultural, podría generar una educación acerca de lo valioso y diferente de cada persona, de cada situación, a fin de crear un criterio amplio. Escuchar y escribir múltiples narraciones es un acercamiento más fiel a tratar de capturar toda la realidad, lo cual en consecuencia última, es un medio de redignificar a individuos y a pueblos enteros.
Como lector, como escritor y como ser humano, encuentro varios puntos de inflexión después de esta conferencia, los cuales he retomado a lo largo de este texto. Sin embargo, en un aspecto más personal: ¿cuántas veces he limitado mi propia perspectiva a causa de un prejuicio? ¿O cuándo he deshumanizado a una persona, a un colectivo, por ser sordo a sus verdades? ¿Hasta qué punto puedo defender mi propia identidad y opiniones sin diluirme en la enormidad de narraciones alternas? ¿Cuáles son los puntos que me orientan al navegar el infinito mar de historias? ¿Qué responsabilidad asumo desde mi propia identidad, ante el escenario literario y político, como hombre cisgénero, como homosexual, como mexicano, como norteño o como capitalino, o como cualquier otro aspecto propio o hacia aquello que es diferente a mí? Explorar las respuestas a estas preguntas se darán sí con el tiempo y con la experiencia, pero también con un firme compromiso ético de leer y escribir a fin de mantener las tradiciones de aquellas voces que quizás se han perdido entre el discurso oficial y la infinita realidad. De la misma forma, queda invitarle a reflexionar al respecto.
La huella en devenir / Reflexiones en torno al número 3 de Humo Sólido./ Por Cristian Galicia
La huella en devenir
Reflexiones en torno al número 3 de Humo Sólido.
Por Cristian Galicia
Los diferentes tipos y formas de huellas que encontramos en la obra gráfica de Roberto Carrillo y en los poemas de Rocío García Rey, delinean las búsquedas o, mejor dicho, las persecuciones que llevan acabo en torno a su quehacer artístico y a aquello que sienten y que experimentan en la concreción de sus días. García Rey y Carrillo, nos convocan a una reflexión en torno al crimen, a la finitud, a las pruebas-huellas que constituyen nuestra propia personalidad no acabada.
En el grabado Adiós, Hemingway, que se encuentra en la cara frontal de la hoja de poesía y gráfica Humo Sólido en su tercera edición y que es, además, el primer contacto con los lectores, Roberto Carrillo hace convivir a varios tipos de registro de imágenes: la fotografía del escritor estadunidense Ernest Hemingway sosteniendo una escopeta y la radiografía de la mano del pintor noruego Edvard Munch, en cuyo dedo medio se haya la silueta de una bala incrustada. Ambos registros coexisten en la atmosfera del interior de una casa, la cual corresponde a la casa propiedad de Hemingway en La Habana, Cuba.
Si bien no tenemos certeza de si la radiografía de la mano de Munch fue tomada antes o después de la muerte del pintor, hay en tal radiografía una investigación de la materialidad inmediata con que el humano es en el mundo: la materialidad de su propio cuerpo. El cuerpo, su facticidad, es la posibilidad de que el humano tenga mundo, en el cual se despliega y existe entre otros materiales ajenos a sí, a su propia constitución biológica. La bala en la mano de Munch es la huella de un conflicto entre cuerpos, entre materiales que se interpelen y repelen unos a otros. El plomo con la carne y con los huesos, con la sangre y con las uñas, relación que también se da en el mismo acto de sostener un arma entre las manos; las manos sienten el metal de la escopeta e imprimen la huella de su presencia; las manos como lo tocado, se marcan recíprocamente.
La casa al fondo proviene de una fotografía impresa en offset a partir de la cual el grabador ha desarrollado varias obras, en cuyo proceso tal placa ha sido atacada por ácidos y cuyas heridas se manifiestan. El carácter de prueba fehaciente que suele adjudicársele a la fotografía cede ante las propiedades del ácido, avanza a su disolución, su identidad aparentemente objetiva va despareciendo.
Las huellas de la memoria funcionan también así; los recuerdos van siendo huellas en las que otras huellas se incrustan para dejar el rastro de un encuentro, de una violencia y de una transfiguración. A través de Adiós, Hemingway, Roberto Carrillo homenajea, pero ante todo reinterpreta, el género negro de la literatura: la novela policiaca, el Pulp, el thriller, y otros subgéneros. Carrillo crea una constelación de huellas en la cual el detective, que puede ser el espectador, investiga los hechos, en cuya concreción y objetividad, pues la imagen es un hecho, está ya toda la potencia de la mentira, de la falsedad y de la corrupción que celebramos deviniendo. Si el espectador tiende más hacia la figura del detective, el artista se inclina más hacia la del criminal, como el propio Roberto Carrillo anota en sus tesis de maestría. Esta condición de artista criminal, y más aún, esta condición de artista-criminal-detective también la hallamos en la poesía de Rocío García Rey.
Tres son los poemas que se encuentran en el reverso de la hoja, conviviendo y en cierta medida habitando el grabado Cartografías incrustadas. En esta cara de la hoja el diálogo se encuentra abierto de par en par entre poesía y gráfica. Los poemas, como el grabado, configuran un mapa que el lector tiene entre sus manos y al cual se le interpele para que emprenda una búsqueda, un repaso, un rastreo de los crímenes más interiores.
En el poema Nostalgia el lector es colocado entre las avenidas, debajo de la lluvia sin lluvia, y se le regala una pista para entonar la búsqueda: Ella Fitzgerald es nuestro Virgilio, nos guía por el transito citadino en cuya absoluta superficialidad nuestra nostalgia se crece. Avanzamos por la poética de García Rey, una sensación de búsqueda se hila con una sospecha de crimen, ¿qué crimen perseguimos en cada respiro? La perdida, la ausencia, el miedo, la cobardía, el olvido. ¿De qué de todo esto somos autores, de qué víctimas? Dice Rocío García Rey en Miedo: “hay una ciudad y hay una mujer / que no se atreven a repasar su historia”. En estos versos está puesto el miedo a la investigación interior, el cual es infinitamente lejano a la investigación científica, y por eso, abismalmente difícil. Cada prueba nos guía hacia sucesos interiores cada vez más insoportables, huella a huella nos engañamos y cada dolor nos tiende la trampa de las caídas profundas.
Cuántos crímenes en una ciudad como la nuestra, cuántos cadáveres en un corazón como el nuestro. Se extiende el último de los poemas, que cabe ahora señalar, no son de reciente creación, sino que fueron publicados por primera vez en el 2013 como parte del libro La otra mujer zurda editado por VersodestierrO, y cuya lectura, desde aquel entonces, dejó un profundo sentimiento en mí. Humo Sólido trajo al 2020 aquellos poemas que son una especie de huella viva y que evoluciona, poemas que contienen su época, su pasado, pero que están hechos de una sangre que puede manchar indefinidamente. En Continente la poeta lo enuncia sin reservas: “Ciudad-es como huella”. Y luego: “Tristes ciudad-es como huella”. Las Cartografías en las que a lo lejos se lee La Habana se mezclan con los versos de García Rey en donde se lee el sentimiento de la isla de Cuba abrazado con la frialdad de la Ciudad de México. Una memoria viva, poco abstracta, es lo que García Rey nos ofrece en cada verso; en su poesía la memoria es una con el presente de cada instante, una criatura de dos cabezas, quizá de tres pues, el futuro también se asoma. Escribe García Rey: “Abuela ayúdame a nombrar a cada muerto / Abuela ¿es verdad que en tus recuerdos habita el tiempo del mar?”, y con ello nos obliga a repasar nuestra historia, a nombrar a cada muerto, a buscar en lo profundo de las huellas que nuestros abuelos, padres, amigos, amantes han impregnado en nuestro ser.
La búsqueda está iniciada, el crimen está consumado, el detective que cada uno es tendrá que buscar dentro de sí al criminal, si es que quiere hallarlo. Después de todo, cumplimos la condena de no poder encontrar otra cosa sino cada vez más rastros. Tal como lo demuestra este atrevido diálogo entre García Rey y Carrillo en el número 3 de Humo Sólido, lo más seguro es que el detective y el criminal caminen juntos.
Para conocer más de la obra de Rocío García Rey y de Roberto Carillo compartimos sus redes sociales. También compartimos el Número 3 de Humo Sólido para continuar el diálogo y la búsqueda.
Facebook: Rocío García Rey. Twitter García_Rey_Rocío
Facebook: Roberto Carrillo. Instagram: Roberto_Carrillo_Márquez.
Xelajú y otros poemas / ALEJANDRO REJÓN HUCHÍN /
Xelajú y otros poemas
ALEJANDRO REJÓN HUCHÍN
Extraídos del libro
Transcurso de un retrato cortado
( Buenos Aires Poetry, Argentina, 2019)
Xelajú
Un beso abierto en el centro de la noche
que es la luna tocada por la identidad de una imagen
condensa el azul de un astro apoyado en el enigma:
cuerpos imantados hacia el borde del árbol
detenido a la mitad de su silencio.
Todos los cabellos del cielo
Son como pájaros hambrientos,
Y sobre el mármol de la hiedra
Descansa un mar más oscuro que los ojos del tiempo.
Alejandra,
Hoy que tu ombligo llovizna la nieve,
Las mariposas parecen retratar la identidad de las imágenes.
¿en qué momento el páramo de piel
Se fue a perder sobre el río de tus sombras?.
EL ÚLTIMO BARCO IMANTADO POR LA NOCHE
Viaja de los cabellos lunares de una estrella
Soñada entre los labios de la nieve
hasta el jilguero fugaz de los espejos,
nadie se encuentra ya en la intemperie
de unas cruces que disuelven los nervios del estero
y el ombligo azulado de un árbol
Brincado por la imagen
que atravesó las puntas del tiempo
es ya el último reflejo
de unos parpados abiertos por el agua de los dioses.
El mar es una larga estela en el fondo de la memoria,
un cuerpo destrozado que duerme en las orillas del tiempo,
su carne junta la sal donde la noche moja con su ombligo de luna
el sueño más puro de los ahogados,
y en su vientre,
un olor de mujer dormida es el sonido del reflejo
en el que cae como alfiler el peso de la vida
y de los astros imantados.
La imagen se distiende en el reflejo de la noche,
un sonido plateado y unos pliegues marinos cubren
la emboscada del vuelo al que se pegan
los fragmentos de la luz,
del otro lado de la memoria
el agua rota de los sueños es una carne
exteriorizada en cuyos bordes va naciendo
el espejo de los astros.
La lluvia entreabierta en una esquina de parís
cruza los álamos del reflejo,
inerte,
desquiciada voz de un semáforo
que reposa los oídos del viento
en cuyas estelas se acrecienta
una piel fugaz que ha dejado en el halo del abismo
la ruptura para guardar la noche y sus deseos.
CAROLE CARCILLO MESROBIAN / Traducción de Miguel Ángel Real /
CAROLE CARCILLO MESROBIAN
Traducción de Miguel Ángel Real
Parfois
au gré des vents
d’ici
avalés par ton sang
par tes âges tes lèvres qui ne se cabrent plus sous la pente du souffle
tu marches
Le chemin de halage
t’enlise
sous l’épave d’un nom
l’épreuve du sable creux au boudoir des mondes
emprunte une quiétude poussive
qu’amenuise l’ennui
La distance de ton front à le terre
est cette démesure
au regard des hommes
cette insistance ronde comme une nuit sans aube
à abjurer ta peur
bouche épaisse de vie
dans le bruit de ton corps
comme un soldat ferreux
dans la rouille du feu
Mais les champs recommencent
sur la plaie de la terre
et recommenceront
Dans le froid de ta chair s’épouse encore l’oubli
A veces
a merced de los vientos
de aquí
tragados por tu sangre
por tus edades tus labios que ya no se encabritan bajo la pendiente del aliento
caminas
El camino de sirga
te estanca
bajo el pecio de un nombre
la prueba de arena hueca en el tocador de los mundos
toma prestada una quietud positiva
que disminuye el tedio
La distancia de tu frente a la tierra
es esta desmesura
en la mirada de los hombres
esta insistencia redonda como una noche sin alba
para abjurar de tu miedo
boca espesa de vida
en el ruido de tu cuerpo
como un soldado ferroso
en el óxido del fuego
Pero los campos recomienzan
sobre la llaga de la tierra
y recomenzarán
En el frío de tu carne aún se desposa el olvido
Je panse la louve noire
on m’a vue ramasser
le pan des lunes sur les lacs
et me vêtir de tes paroles
On ne m’a jamais sue
comme ta bouche me nomme
tisser le fil chenu des chevelures
démesurées
portes du marécage
veineux de joncs
Je cherche la potence du monde
démunie des arcanes spectaculaires
des croyances
j’appelle ton front contre mon front
dans la poussière mutique
de nos âmes
Souviens-toi
des paroles du temps
son langage est la gangue des bouches
assoiffées de puissance
Nous nous sommes épelés
sur l’aura des béances
d’une transe elliptique
dans un murmure éteint
l’Aleph était notre ange
Viendras-tu me chercher
il n’y a plus d’automne capable de tomber
les feuilles de ma peine
Viendras-tu me chercher
Consuelo a la loba negra
me vieron recoger
el jirón de las lunas en los lagos
y vestirme con tus palabras
Nunca supieron de mí
como tu boca me nombra
tejer el hilo cano de los cabellos
desmesurados
puertas de la ciénaga
venosa de juncos
Busco la horca del mundo
desprovista de los espectaculares arcanos
de las creencias
llamo a tu frente contra mi frente
en el polvo mudo
de nuestras almas
Acuérdate
de las palabras del tiempo
su lenguaje es la ganga de las bocas
sedientas de potencia
Nos deletreamos
en el aura abierta
de un trance elíptico
en un apagado murmullo
el Aleph era nuestro ángel
¿Vendrás a buscarme ?
ya no hay otoño capaz de derramar
las hojas de mi pena
¿Vendrás a buscarme ?
Octobre
comme déjà
les gravats sentent gris comme un banc de baleines échouées par la pluie
ça git sous la fumée
traîne pestilentielle de lueur à moi-même
et ni père ni mère
n’ont enclos ma distance
je suis de ce voyage
comme un aller perdu
Descendre jusqu’au fleuve
peut-être où oublier
le tablier d’absences qui empèse ma robe
et regarder aller sa splendeur rugueuse
Le sais-tu souviens-toi
toi qui habites enfin le sursis des montagnes
que nos frères sont là les matins de croyances
escamotés de peur pour couper sous la peau
les soieries de l’enfance
Toi qui ne t’agenouilles qu’au-devant de ta nuit
mon parfum ma mémoire
te diront ma venue
tu sauras mon visage comme on lit dans le noir
l’énigme de l’oubli
J'espère que tu m'attends
si peu même parfois
comme un présent
munificent
j'espère que tu m'attends
Octubre
y ya
los escombros huelen a gris como un banco de ballenas varadas por la lluvia
yace bajo el humo
rastro pestilente de brillo a mí misma
y ni padre ni madre
han cercado mi distancia
soy de ese viaje
como una ida perdida
Bajar hasta el río
tal vez donde olvidar
el mandil de ausencias que almidona mi vestido
y ver discurrir su esplendor rugoso
¿Lo sabes ? Recuerda
tú que habitas por fin el plazo de las montañas
que nuestros hermanos están ahí en las mañanas de las creencias
escamoteados de miedo para cortar bajo la piel
las sedas de la infancia
Tú que sólo te arrodillas ante tu noche
mi perfume mi memoria
te anunciarán mi venida
sabrás de mi rostro como se lee en las sombras
el enigma del olvido
Espero que me aguardas
muy poco incluso a veces
como un presente
munífico
espero que me aguardas
Extractos inéditos de Octobre, escrito con Alain Brissiaud
ELÍ URBINA / DOS POEMAS / TRADUCCIÓN AL FRANCES /
ELÍ URBINA / DOS POEMAS /
Traduction par Miguel Ángel Real
EL FARDO DE LA SOMBRA
Entre los racimos de saliva y sangre
solo el fardo de la sombra
la voz de esa mujer a la que amé
esa reja entre lo que soy
y los nombres del pasado
Todavía hay ansiedad
Aún hay vestigios de algo
que no termino de perder
La muerte se avecina
pero ya estoy en medio de la muerte
ya camino en esa acera
donde la suerte es otra
dimensión de la ironía
otro rostro de su rostro
y hay mensajes perdidos
Tal vez ya es suficiente
Quizá de nada sirve
alzar estas palabras contra la soledad
LE FARDEAU DE L'OMBRE
Entre les grappes de salive et de sang
rien que le fardeau de l'ombre
la voix de cette femme que j'ai aimée
cette grille entre ce que je suis
et les noms du passé
L'anxiété est toujours là
Il y a encore des vestiges de quelque chose
que je n'arrive pas à perdre
La mort approche
mais je suis déjà au milieu de la mort
je marche déjà sur ce trottoir
où la chance est une autre
dimension de l'ironie
un autre visage de son visage
et il y a des messages perdus
C'est peut-être déjà suffisant
Peut-être qu'il ne sert à rien
de dresser ces paroles contre la solitude
(De La sal de las hienas, 2017)
GUARDO HOSPEDADA EN MI MEMORIA
Guardo hospedada en mi memoria
la imagen apacible del cuerpo del amor.
La luz ha de llegar de nuevo,
pero ahora, en lo real, tan solo la lluvia
cubre la calle como negro alpiste.
Mira descender lentamente
la espina de la carne en la herida secreta.
El burdel, su avaricia, sorbe mi alma agotada,
mi esperanza sedienta de sentir,
por un instante, el sordo crepitar.
En penumbra la prostituta baila
con la sinuosidad de una ancha llamarada.
Ya el ansia se amontona en el espejo,
la sombra de mi mano se prolonga.
Por mucho que el placer arda
siempre su rostro en mi interior se enciende.
JE GARDE HÉBERGÉE DANS MA MÉMOIRE
Je garde hébergée dans ma mémoire
l'image paisible du corps de l'amour.
La lumière doit arriver à nouveau
mais maintenant, dans la réalité, seulement la pluie
recouvre la rue comme un noir alpiste.
Regarde descendre lentement
l'épine de la chair dans la blessure secrète.
Le bordel, sa convoitise, gobe mon âme épuisée,
mon espoir qui a soif de sentir,
pour un instant, le crépitement sourd.
Dans la pénombre la prostituée danse
avec la sinuosité d'une vaste flambée.
L'avidité s'entasse déjà dans le miroir,
l'ombre de ma main se prolonge.
Le plaisir a beau brûler,
ton visage s'allume toujours en moi.
(De El abismo del hombre, Buenos Aires Poetry, 2020)
REMEI GONZÁLEZ MANZANERO / Traduit par Miguel Ángel Real /
REMEI GONZÁLEZ MANZANERO
Traduit par Miguel Ángel Real
RUIDOS DE CUCHILLO
Más abajo de la colina,
se mece el vientre en ruidos de cuchillo.
Hoy te reclamo el relamido,
la disciplina del desenfreno,
que reviertas mis escarchas
rompas la consistencia,
desgastar el borde del precipicio
por el que vas a lanzarme.
Y en el último segundo exclamaré:
― Tú te lanzas conmigo.
BRUITS DE COUTEAU
Plus bas sous la colline,
le ventre se balance dans des bruits de couteau.
Aujourd'hui je réclame que tu me lèches,
la discipline de la débauche,
que tu renverses mon givre
que tu brises la consistance,
que tu érodes le bord du précipice
où tu vas me jeter.
Et à la dernière seconde je m'exclamerai :
-Tu te jettes avec moi.
REDUCCIÓN A LA HERIDA
Reducidos a un lenguaje común,
los conceptos esparcidos y los sentimientos recompuestos,
extenuados,
la ventana húmeda en la que apoyar la frente
y no saber descansar,
descubrir nuevamente el cielo,
extasiados,
las miradas a destiempo
y no distinguirnos desde el fondo de lo exiguo,
nunca nos veremos del todo.
Volveremos allí,
exánimes,
donde no me sabré explicar:
— Estoy herida existencialmente.
Y tú:
— Nunca aprenderemos del todo.
REDUCTION À LA BLESSURE
Réduits à un langage commun,
les concepts épars et les sentiments recomposés,
exténués,
la fenêtre humide sur laquelle appuyer son front
et ne pas savoir se reposer,
découvrir à nouveau le ciel,
enthousiasmés,
les regards à contretemps
et ne pas nous apercevoir du fond de l’exiguïté,
jamais nous ne nous verrons complètement.
Nous y retournerons,
harassés,
là où je ne saurai m'expliquer :
-Je suis existentiellement blessée,
Et toi :
-Jamais on n'apprendra complètement.
FRACCIONES DE EXISTENCIA
Esto que hacemos
no es existir del todo.
Lo admito.
Lo único es dejarse las pestañas poco a poco
remover caderas ajenas al viento,
refrotarse contra la nada de los cuerpos,
pretender que empezamos a existirnos el uno al otro,
entregarse justamente egoístas
y sin conocer
los
pa
sos,
frac
cio
nes de existencia,
echarnos a bailar
sucio
y torpe.
FRACTIONS D'EXISTENCE
Ce que nous faisons
n'est pas tout à fait exister.
Je l'admets.
La seule chose c'est de se tuer à la tâche petit à petit
remuer des hanches étrangères au vent,
se frotter encore et encore contre le néant des corps,
prétendre que nous commençons à nous exister l'un l'autre,
se livrer justement égoïstes
et sans connaître
les
pas,
frac
tio
ns d'existence,
nous livrer à une danse
sale
et maladroite.
MI CASA
Mi casa es el recuerdo del pecho de mi amante:
una casa posbarroca
que juega con el espacio difuso
entre el exterior y el interior.
Mi casa es un patio Mies van der Rohe:
nunca sabes cuando estás dentro
ni cuando estás fuera.
Y, sin embargo, la húmeda hierba negra
que se extiende a lo largo del llano extenso
conduce siempre al deseo caliginoso de la pertenencia,
como si al voltear la cabeza noventa grados
y al apoyarla en las raíces de aquel césped
en un único gesto
pudieras sentir lo más hondo de la tierra.
Y puedes.
También de la tierra parece brotar un corazón de armazón de cielo
y empaparse el cráneo de escalofríos.
MA MAISON
Ma maison est le souvenir de la poitrine de mon amant :
une maison post-baroque
qui joue avec l'espace diffus
entre l'extérieur et l'intérieur.
Ma maison est une cour Mies van der Rohe :
tu ne sais jamais quand tu es dedans
et quand tu es dehors.
Et cependant, l'humide herbe noire
qui s'étend le long de la vaste plaine
conduit toujours au désir brumeux de l'appartenance,
comme si en tournant la tête quatre-vingt dix degrés
et en la faisant reposer sur les racines de ce gazon
dans un geste unique
tu pouvais sentir le plus profond de la terre.
Et tu peux.
De la terre semble pousser aussi un cœur d'armature de ciel
et le crâne en est trempé de frissons.
Poèmes publiés dans la revue en ligne Liberoamérica, décembre 2019