No sabía cómo describir la esencia o la naturaleza de la poesía argentina, me costaba trabajo entender la profundidad de sus raíces. En este tiempo moderno quería encontrar las diferencias en las que se exponen las metáforas de un país y otro. Esas dudas se fueron gracias a las fotografías y los versos del escritor Gastón Malgieri.
Para quienes no lo conozcan, Gastón nació en la ciudad Mar del Plata en 1977. Su formación académica y artística lo llevaron establecerse en su tierra natal durante 32 años, momento en que decide mudarse a otra ciudad y llevar su expresión creativa a otro nivel.
Durante años ha publicado varios libros de poesía, y estos ayudan a entender una parte de la Argentina moderna y sentimental, atrapada en sus propias trampas culturales.
Tuve la oportunidad de leer varios de sus escritos y la conclusión a la llego es la siguiente:
la poesía de Gastón Malgieri no parece estar pensada en la palabra, sus versos, son una serie constante de fotografías que se mueven en blanco y negro, dan color en el momento más importante de cada poema. Las metáforas, los juegos y hechizos verbales que desarrolla Gastón constantemente tratan de seducir al lector de la misma manera en que las personas ligan: te hablan cara a cara, te ofrecen alternativas para dejarte llevar por los escenarios que plantea, pero la seducción poética no lo es todo, en sus versos, existe una historia dolorosa que se ha construido desde la intimidad, Gastón está solo en el mundo, a veces se siente triste y su forma de amar no consigue hacer que las personas se queden a su lado.
Parece ser que su tratamiento más intimista se encuentra en su libro “Animales poco útiles” en donde desarrolla una voz femenina, aislada y separada del mundo que habla desde la tradición oral y la fábula; un relato sobre la perdida de todo lo amado y anhelado en nuestra memoria:
“Tengo que poder aceptarme vencida
por el peso de mis infiernos cotidianos
darles autoridad para aplastarlo todo
incluso los fuegos artificiales de lo eufórico
esos espejitos de colores
que alguna vez me deslumbraron”.
A pesar de que Gastón es un escritor que forma parte de narrativa LGBTI, su obra, mayoritariamente va más allá de las inquietudes del género, su trabajo se enfoca en los procesos psicológicos, fantásticos e internos, los sentimientos que vienen de la carne y que a veces no podemos evocar en nuestros días.
Esta explicación puede sonar como la poesía de cualquier poeta o filósofo, pero el proceso de nuestro autor es completamente distinto, las metáforas que utiliza cumplen una historia descabellada en donde los objetos, las formas y las voces son otras; lo que logra el autor es contar una historia, pero desarrollada en otra realidad, otra dimensión con colores, sentidos y formas que rompen las leyes físicas y corporales, incluso me atrevo a decir que quien narra ni siquiera es un ser humano ni tampoco un animal.
Los poemas del Malgieri son otro tipo de criaturas sentimentales, todas lejanas de la sociedad, aisladas bajo una naturaleza peligrosa, extranjeras, imprecisas de su cartografía.
Poemarios como “Animales poco útiles”, “El reinado de las abejas”, “MONOCROMO” y otras obras suyas te dejaran atrapado bajo la lírica de sus historias.
Les compartimos un par de sus poemas invitándolos a conocer a nuestro autor.
Las palabras |
No es lo que mis palabras significan, sino lo que tu cuero hace cuando las encapsula en el laberinto de las interpretaciones
Como sucede con los caprichos de las mareas, y la combustión espontánea de ciertas aves del norte, sobre esos territorios no tengo ningún tipo de injerencia
La mayoría de las veces
cuando hablo de estarnos cerca
quiero decir dejar librado al minotauro ciego
que supimos criar en la noche
abismados de tanta mitología de la saliva
Campo minado |
Mi madre me devuelve el gesto
apaga veladores
acomoda mi frazada y tiembla
antes de narrarme
esa fábula de sí
en la que soy
su potrillo con poderes
un caballo chico que atraviesa
malezas y pesadillas
con la impunidad lamiéndole el lomo
El linaje nunca te será suficiente
para abrazar la mitología, susurra
Tus atributos (como los míos)
son más vulgares:
cierta furia en el paso
como quien sabe del pantano su matriz
cierto avanzar sin rumbo
sin correlato
ni euforia
Somos animales poco útiles
Y cuando nombro en vos
algo del orden de lo fantástico
quizás es porque me dejo atravesar
por el “instinto materno”
pura teoría vetusta que engrampa
a este cuerpo dos vocablos
Vos sabés, hijo mío
que algunas campañas supe ganarlas
en campo abierto,
sola
con una lanza sin filo
apuntándole a fantasmas improbables
Vos sabés
que tu madre no tuvo
ni tendrá ahora
nada heroico para ofrendarte
Que si algo heredaste
si algo de mí
transpira en vos
es esa facultad de pasar desapercibidas
Nadie sabe qué añoramos las bestias de carga
nadie nos pregunta nunca si queremos ver
más allá de la rectitud del tapaojos
Se espera
como nuestro único horizonte posible
que marchemos solitarias
abriéndonos paso sin cuestionar
callándonos ante la fusta que nos doblega
Y que podamos dormir a la intemperie
sin hacer ruido
Y a la mañana siguiente
repitamos el esquema
de la sumisión asignada a estos cueros
Mi madre repite el gesto
cada noche
y su relato es como un mantra
que no persigue trascendencia alguna
La tarde que cerré sus ojos
para terminar
de una vez por todas
con el trabajo sucio que hizo la metástasis
sobre los pocos órganos que le quedaban en pie
supe que la infancia sería
de ahí en más
un campo minado que se atraviesa a oscuras
sin más escudo
que el eco de nuestras narraciones