Escrito por Julio César Aguilar
Tradução de Fernanda Bueno
A terra ávida
Para Fernanda Bueno e Alex McNair
Naquela tarde a chuva
em Albuquerque era uma sinfonia
e a música do verso não cessava. Fez aí
seu breve reino a poesia
que foi beber a luz, como os pássaros
depois da chuva.
Lampejo a poesia foi
pela boca do silencio emergindo.
Relâmpagos de New Mexico
os dias pela palavra iluminados, e quiçá
seja a poesia o júbilo que persiste.
Em março a chuva cai
como chamando
a primavera. Em Albuquerque
chove um pouco, logo despontando o sol.
Espalhados os tristes ramos
da árvore, no retorno
da primavera confiam. Talvez sedentos, a um deus
imploram a água mágica da chuva.
Em sua esperança, a árvore se assenhora e vibra
imperturbável na espera.
Aí vem de novo a chuva agora
nomeando o que virá, de ventura
plena. Do silêncio o cristal
se rompe
e sabe a água cair, impregnando
a terra ávida.
La tierra ávida
Para Fernanda Bueno y Alex McNair
De esa tarde la lluvia
en Albuquerque una sinfonía era
y la música del verso no cesaba. Hizo allí
su breve reino la poesía
que fue a beber la luz, como los pájaros, después
de haber llovido.
Lumbre la poesía fue
por la boca del silencio emergiendo.
Relámpagos de New Mexico
los días por la palabra alumbrados, y acaso
sólo poesía sea el júbilo que persiste.
En marzo la lluvia cae
como llamando
a la primavera. En Albuquerque
un poco llueve, floreciendo luego el sol.
Esparcidas las tristes ramas
del árbol, en el retorno
de la primavera confían. Tal vez sedientas, a un dios
imploran el agua mágica de la lluvia.
En su esperanza se afianza el árbol, y vibra
imperturbable en la espera.
Aquí llega otra vez la lluvia ahora
nombrando lo que vendrá, de ventura
llena. Del silencio el cristal
se rompe
y sabe el agua caer, recibiéndola
ávida la tierra.